Documental exclusivo de Errol Morris dramáticamente recrea la escena del crimen y la investigación del asesinato de un policía en Dallas, Texas. Brevemente, un vagabundo (Randall Adams) se quedó sin gasolina y fue recogido por un fugitivo de 16 años de edad (David Harris). Más tarde esa noche, bebieron cerveza, fumaba marihuana y fuimos al cine. Entonces, sus historias divergieron. Adams afirmó que había dejado su Motel, donde estaba alojado con su hermano y se fue a dormir. Harris, sin embargo, dijo que esa noche fueron detenidos por la policía, y Adams disparó repentinamente el oficial acercarse a su auto. La película muestra a la audiencia las pruebas reunidas por la policía, que estaban bajo presión extrema para aclarar el caso. Fuertemente hace un punto que era muy dudosa la evidencia circunstancial. De hecho, resulta evidente que Harris era un sospechoso más probable y estaba en medio de una ola de crímenes, eventualmente terminar condenado a muerte se para más adelante la Comisión de otros delitos. Morris implica que la fiscalía y del juez desean de la pena de muerte en este caso (para la cual Harris habría sido inelegible debido a su juventud) hizo Adams un chivo expiatorio a quien culpar este crimen atroz.