Valentine (Irène Jacob) es una joven modelo que vive en Ginebra. Debido a un perro tras el que corrió, conoce a un juez (Jean-Louis Trintignant) jubilado que espía las llamadas telefónicas de sus vecinos, no por dinero sino para alimentan su cinismo.
La película es la historia de las relaciones entre seres humanos, de Valentine y el juez, pero también de otras personas que no sean conscientes de la relación que tienen con Valentine o el viejo juez. Redención, perdón y compasión...