El estigma social y la discriminación de niños autistas está presente en la película Miracle Run. La vida de Corrine Morgan-Thomas, la madre de los gemelos autistas Stephen y Felipe, cambia drásticamente cuando finalmente descubrió que sus hijos son autistas. Los primeros pocos médicos que lleva a sus hijos son incapaces de diagnosticarlos con cualquier problema, diciendo que están bien; Afortunadamente, Corrine lleva a sus hijos a un especialista que diagnostica a los niños con autismo. La reacción inicial de Corrine es el del choque. No le gusta la idea de que sus hijos son autistas y deja el hospital airadamente. Ella, sin embargo, terminan dándose cuenta de que el especialista era correcto. Cuando le dice a su marido sobre su autismo, dice que no quiere tratar con el autismo, así que ella decide dejarlo. Está decidida a luchar contra el estigma social de autismo y a sus hijos ser tratada como cualquier otro niño, así que no contó Stephen y de Philip nueva escuela acerca de su problema. La escuela acusa de abusar de sus hijos, pero luego le dice que ella debería buscar otra escuela para los niños cuando Corrine les dice sobre el autismo de sus gemelos. Al final los chicos fijar sus corazones para triunfar y hacer triunfar, demostrando que los niños autistas pueden hacer algo que podría hacer cualquier otro niño.