Jean-Dominique (Mathieu Amalric) - Jean-Do para sus amigos - de cuarenta y tres años, editor de la revista Elle, se despierta sin saber donde está. Él esta en un hospital de Berck-sur-Mer, donde ha pasado las últimas semanas en coma después de sufrir un infarto masivo.
Aunque sus facultades cognitivas están intactas, rápidamente descubre que él tiene lo que se denomina síndrome de enclaustramiento que le ha producido una parálisis casi total, incluyendo no poder hablar. Uno de los pocos músculos que aun le funcionan es el parpado de su ojo izquierdo.
Su situación física y su incomoda capitalización consiguen reunir a muchas personas de su vida, incluyendo: Céline Desmoulins (Emmanuelle Seigner), su ex amante y madre de sus hijos; Inès (Emmanuelle Seigner) su actual amante; y su padre al que él llama Papinou (Max von Sydow).
Entre su equipo de rehabilitación están su fisioterapetua Marie (Olatz López Garmendia) y su logopeda Henriette Roi (Marie-Josée Croze). Henriette eventualmente le enseña a comunicarse mediante un sistema donde deletrea palabras: lee las letras del alfabeto en orden decreciente de su uso en la lengua francesa, y él parpadea con su ojo izquierdo cuando ella alcanza la letra apropiada.
Aunque frustrante al principio, consigue aprender a comunicarse de manera efectiva poco a poco usando este método, tanto que con la ayuda de Claude (Anne Consigny), una traductora a tiempo completo, se decide en la monumental y aparentemente imposible tarea de mantener su compromiso previo a la lesión de escribir un libro, cambiando su enfoque a la vida en su estado actual.