Una película de ciencia-ficción que, en el fondo, es un western. De esta manera concluye la trilogía ‘Regreso al futuro’, una de las joyas del entretenimiento fílmico, historia de aventuras de referencia para muchas otras y saga que sentó las bases de los viajes en el tiempo. Si hace unos días hablaba de ‘Regreso al futuro II’, la que es, a mi juicio, la entrega menos interesante de la tres, hoy le toca el turno a mi gran favorita, ‘Regreso al futuro III’ (‘Back to the future III’, Robert Zemeckis, 1990).
Antes de continuar, he de señalar algo. Hace muchos años, cuando no existían DVDs y eso de Internet era cosa de unos pocos, tenía en mi estantería una cinta VHS con el nombre ‘Regreso al futuro III’ en la carátula. Y hubo una época en que solía verla fin de semana sí y otro también. Así, el tercer capítulo de la trilogía es quizás la película que más veces he visto en mi vida, tantas que llegué a saberme los diálogos de memoria. Con esto quiero resaltar el cariño especial que siento hacia este filme, una predilección que espero poder explicar en las siguientes líneas.
‘Regreso al futuro III’ arranca con la escena final de su antecesora en la saga, que también sirve de final a la primera entrega. Es decir, el filme comienza con el Marty del capítulo II solicitando la ayuda del Doc de 1955, quien, a su vez, acaba de enviar al futuro al Marty del capítulo I. En principio, la misión parece sencilla: reparar la máquina del tiempo –el famoso DeLorean- para que el Marty del capítulo II pueda regresar a 1985 y destruya de una vez por todas el problemático coche. Sin embargo, pronto surgen las inevitables complicaciones, y es que el Doc de 1985, atrapado en 1885, muere asesinado apenas 5 días después de escribir su carta de despedida a Marty, por lo que éste decide viajar al lejano Oeste para salvarle la vida y llevarlo de vuelta al presente.
Michael J. Fox es Marty McFly, también conocido como Clint Eastwood
Una historia emocionante
Si apenas has entendido una palabra de la sinopsis que acabo de describir, imagino que no has visto ‘Regreso al futuro’ o no le has prestado la atención suficiente. No obstante, ello no supone obstáculo alguno para disfrutar de ‘Regreso al futuro III’. Pasados los primeros minutos de presentación de la aventura, arranca el western y con él la emoción apta para todos los espectadores.
Marty McFly se convierte entonces en Clint Eastwood, (con la misma apariencia que pudiera tener en "el bueno, el feo y el malo") un extraño forastero que tiene un desafortunado encontronazo con los bandidos del pueblo, Biff ‘Perro Loco’ Tannem y sus hombres. Mientras intenta esquivarles, él y su amigo Doc buscan la manera de volver juntos al futuro, aunque esta tarea tampoco resultará sencilla.
Se trata de una historia contada a buen ritmo y salpicada de intriga, aventura, humor e incluso romance. Prácticamente todo lo que un espectador busca en una buena película lo encontrará en esta: enfrentamientos, conflictos mentales, hazañas, reencuentros, despedidas, guiños cinéfilos… Además, como buen homenaje al western que es, no faltan los duelos a muerte, el saloon, el sheriff, las carreras a caballo, la música folk y el ferrocarril.
El DeLorean, a toda máquina
Sin pausa
En realidad, el guión de Bob Gale es una frenética aventura tan bien contada y estructurada que no deja un solo segundo para el aburrimiento. La historia atrapa, sus personajes convencen –por algo Michael J. Fox siempre será recordado como Marty McFly- y la tensión se combina de manera brillante con los momentos de sosiego. Por su parte, el trabajo de Robert Zemeckis en la dirección destaca porque sabe encontrar los planos perfectos para cada escena, dejándose llevar por esa tendencia tan suya de ir descubriendo lo que la cámara esconde.
Para rematar la tarea de convertir ‘Regreso al futuro III’ en una joya del entretenimiento fílmico, ahí está la inolvidable música de Alan Silvestri que tiene el mérito de producir el mismo efecto no importa cuántas veces suene.
Otro de los atractivos de ‘Regreso al futuro III’ es que todo lo que ocurre en la historia tiene un porqué. En realidad, ver cualquier película de la trilogía es como hacer un puzzle: todas las piezas cuentan y cada una tiene su lugar correspondiente, un misterio que conoces a medida que avanza la trama. Esa sensación de que todo encaja se acentúa en este último filme, que bien merece un visionado centrado sólo en sus detalles –el reloj, los distintos nombres del barranco, las menciones al accidente…-.
Por otra parte, ‘Regreso al futuro III’ cuenta con una ventaja esencial respecto a su antecesora: el Hill Valley de 1885 no recuerda en absoluto al de 1955 o 1985. Esto significa que el hecho de que se repitan las mismas escenas una y otra vez –la persecución de Marty que se inicia en el bar, el ensayo en la maqueta…- no produce un efecto negativo, sino que la historia parece contada por primera vez.
Doc y Marty, inseparables
Ahora son tres
El tercer capítulo de ‘Regreso al futuro’ también recupera el protagonismo de la pareja formada por Marty y Doc, Michael J. Fox y Christopher Lloyd. La química que ambos transmiten y lo bien que combina el carácter impredecible –en ocasiones todo lo contrario- del primero con el pensamiento razonado del segundo, resultan clave para que esta historia de viajes en el tiempo siga conquistando espectadores más de 20 años después de su estreno.
En esta ocasión, cobra relevancia un tercer personaje, Clara Clayton. La valiente profesora es el interés romántico de Doc, lo que la convierte, al mismo tiempo, en el añadido dramático a la historia. ¿Volverá el científico al presente dejando atrás a su amor? ¿O romperá sus propias reglas y se quedará con ella en el lejano Oeste? El trabajo de Mary Steenburgen, además, es magnífico, ya que su aparente fragilidad y su fuerza interior resultan encantadoras.
En cuanto al villano de la historia, el bandido Biff ‘Perro Loco’ Tannem (Thomas F. Wilson), atemoriza más que nunca. Por otra parte, la presencia de la actriz Lea Thompson es sólo testimonial, pero teniendo en cuenta que es una de las constantes de la saga, se agradece.
Clara Clayton aporta el toque romántico
Guión, dirección, música, actores… Toda una serie de elementos que contribuyen a hacer de ‘Regreso al futuro III’ un inolvidable y entretenidísimo viaje que, cuando acaba, le deja a uno con sonrisa en la boca.