Efectos secundarios (2013)

Efectos secundarios (2013)

Escrito por reyloren

El último festival de Cannes nos dejó una mala noticia para los amantes del cine que se elabora al otro lado del Atlántico: el director Steven Soderbergh anunciaba su retirada por un tiempo indefinido. Pero antes, y a modo de despedida, ofrecía el que posiblemente es su mejor trabajo en la última década: ‘Efectos secundarios’ (Side effects’, 2013). Después de encadenar tres grandes éxitos de crítica y público a principios del milenio como son ‘Erin Brockovich’, ‘Traffic’ y ‘Ocean’s eleven’ y de paso ganar un Óscar a la mejor dirección, Soderbergh no había vuelto a cautivar, sorprender y descifrar un jeroglífico de manera tan acertada como con esta película. Y eso que con ‘Contagio’ (2011), más concretamente con su escena final, estuvo cerca.

Lo de la retirada de Soderbergh del cine hay que creerlo a pies juntillas, porque si por algo se caracteriza este tipo de decisiones es, precisamente, por su debilidad. Pero si sirven para destacar el buen trabajo efectuado en cintas como ‘Efectos secundarios’, bienvenidas sean.

El filme es un thriller laberíntico cargado de sorpresas que emplea el tema de las drogas farmacéuticas para contar una historia destinada a dar vueltas y más vueltas en la cabeza del espectador. El relato arranca con Emily, una joven diseñadora que sufre depresión cuando su marido sale de la cárcel y regresa a casa. Para combatir su enfermedad y frenar el impulso de acabar con todo de golpe, Emily comienza a visitar al doctor Jonathan Banks, quien le receta varias pastillas. Al principio parecen no surtir efecto, pero finalmente el médico da con el producto idóneo para la joven y Emily comienza a mostrar síntomas de recuperación hasta que… Y no puedo contar más.

photo_4326.jpegRooney Mara es Emily, perdida en su tristeza

Nada es lo que parece

En ese primer tramo del filme, donde prima la presentación cuidada de los personajes, Soderbergh logra transmitir una sensación de agobio y pesimismo muy acorde con el tema. Además, en el ambiente se palpa que algo malo va a suceder. Lo que no resulta tan acertado es la sensación de confusión que puede generar al espectador, ya que no queda claro de qué va exactamente la película. ¿Es un thriller sobre mala praxis médica ¿Un drama sobre depresiones ¿Una trama romántica con elementos de misterio No se sabe muy bien. Sin embargo, la intriga está ahí y el relato atrapa.

Entonces es cuando tiene lugar la escena que dejará estupefactos a muchos, uno de esos momentos fílmicos difíciles de olvidar. Y ahí es donde ‘Efectos secundarios’ se revela como lo que realmente es: un thriller retorcido que habla de traiciones, mentiras y la supervivencia en un mundo cruel que se rige, sobre todo, por intereses económicos.

photo_7163.jpegJude Law y Catherine Zeta-Jones, dos psiquiatras muy hábiles

A partir de esa escena, además, el protagonismo de la cinta se desplaza de la actriz Rooney Mara, que vuelve a hacer de ‘chica rara’ interpretando a Emily, a Jude Law, un contenido doctor Banks que verá cómo su vida entra en una espiral de destrucción cuando, irónicamente, parecía situarse en su fase más brillante.

En ‘Efectos secundarios’ nada es lo que parece, hay sorpresas esperando en cada rincón y la trama resulta agradablemente impredecible. Gracias, sobre todo, a la dirección sutil de Soderbergh y el complejo guión escrito por Scott Z. Burns.

De héroe a villano y viceversa

photo_3138.jpegEl doctor Jonathan Banks, al borde del abismo

Por su parte, Jude Law ejecuta en ‘Efectos secundarios’ uno de sus trabajos más memorables. He de decir que este actor nunca me ha convencido del todo o, mejor dicho, nunca ha destacado sobre el resto del reparto en ninguno de los títulos que he visto. Hasta ahora, por supuesto. Y es que el británico, aparte de ser la pieza central del argumento y el único personaje con el que el espectador empatiza, demuestra lo bien que se maneja en estos terrenos peligrosos a medio camino entre el drama y el misterio. Mejor explicado, Jude Law es capaz de pasar rápidamente de héroe a villano o viceversa con credibilidad y sin dejar de provocar emociones.

El otro nombre reseñable del reparto es el de Rooney Mara, quien, como apuntaba antes, ejecuta de manera impecable su papel de persona difícil de descifrar que presenta, además, evidentes problemas psicológicos.

‘Efectos secundarios’ también reserva un hueco fundamental en el argumento y el reparto para Catherine Zeta-Jones, maravillosa con este nuevo rol en el que nunca la habíamos visto antes (que ahora mismo recuerde); y Channing Tatum, uno de los intérpretes fetiche de Steven Soderbergh que cumple con solvencia el trámite.

photo_1932.jpegTiempos felices

El toque elegante

Pero la faceta que más premios puede cosechar para ‘Efectos secundarios’ no son ni sus actores ni la trama bien hilvanada y dirigida. Es la fotografía. El director de fotografía es el propio Steven Soderbergh, bajo el pseudónimo de Peter Andrews, y lleva a cabo un trabajo sobresaliente con ese juego de luces que refuerza el ambiente de tensión durante todo el metraje. Además, combina de manera adecuada los tonos fríos y los cálidos, saltando del drama al thriller policial sin cambios bruscos.

Al final, la fotografía aporta el toque elegante, el envoltorio de calidad de la que toda buena película suele presumir.

Reconozco que no se trata de uno de los mejores filmes del año, pero sí de una cinta sobresaliente que entretiene, mantiene en suspenso y agita. Una película que supone el broche de oro a la trayectoria de uno de los directores con mejor estilo y más versatilidad (también es el editor) al otro lado del Atlántico.

photo_4930.jpeg¿Héroe o villano