Imagina que eres músico pero tienes pánico escénico. O que trabajas como diplomático pero tienes miedo a volar. O que eres un rey que no puede hablar en público. Ese último caso da pie al argumento de "El discurso del Rey" ("The king's speech", 2010, Tom Hooper), la cinta británica que en 2011 se hizo con el Óscar a la mejor película, además de los galardones al mejor director, guión original y actor principal.
El filme cuenta la historia real del rey Jorge VI, el padre de la actual monarca Isabel II, que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial accedió al trono y tuvo, por ello, que buscar una solución a su extrema tartamudez. El mandatario se vio obligado a lidiar con la popularización de la radio y los cada vez más demandados discursos a la nación, así como con un conflicto que cambiaría el mundo para siempre. Pero en esa hazaña personal no estuvo solo.
Jorge VI, o Bertie, como le llamaban sus allegados, contó con la ayuda de un peculiar logopeda de métodos extravagantes que acabó convirtiéndose no sólo en su guía a la hora de pronunciar discursos, sino también en uno de sus mejores amigos.
Con su ayuda, Jorge VI y sus mensajes a la nación pasaron a la historia como uno de los símbolos de la resistencia británica al avance alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Unos 70 años más tarde, el relato de aquel ejemplo de superación personal entraría también en los libros de Historia como una de las pocas películas que lograron ganar 4 de los 5 premios Óscar más importantes.
Colin Firth es el rey Jorge VI, el monarca tartamudo
La gran triunfadora de los Óscar
La noche del 27 de febrero de 2011, "El discurso del Rey" cosechaba sus cinco premios de la Academia y hacía justicia al gran intérprete que es Colin Firth, que un año antes se había quedado a las puertas de hacerse con la estatuilla. Asimismo, confirmaba al británico Tom Hooper como uno de los realizadores con mejor factura del momento.
En el aspecto negativo, el filme le arrebataba a David Fincher la mejor oportunidad que hasta entonces había tenido el director norteamericano de ganar un Óscar, pero ese es otro tema.
En líneas generales, "El discurso del Rey" encaja en lo que popularmente se conoce como película "oscarizable". Se trata de un filme histórico basado en hechos reales, que cuenta una experiencia de superación personal y presenta una ambientación y una calidad técnica inmejorables. Además, busca conmover al espectador, lo cual es un factor muy influyente en las votaciones.
Por otra parte, la estela que ha dejado ha sido larga y recientemente volvía a ser noticia al tratarse de uno de los títulos europeos más vistos del pasado año.
Helena Bonham-Carter y Colin Firth, matrimonio regio
Un trío estelar
"El discurso del Rey" es, sobre todo, un impecable trabajo de intérpretes. El más destacado de ellos es Colin Firth, un actor británico que poco a poco ha ido ganando peso en la industria de Hollywood -en Gran Bretaña ya era una estrella desde que protagonizara el serial "Orgullo y prejuicio"-, y que con este título se ha convertido en uno de los "gentleman" más laureados del momento.
En realidad, era difícil que su personaje no le deparara tantos reconocimientos. El rey tartamudo con miedo escénico tenía todas las papeletas para ganarse el favor del público y la crítica, y así ha sido.
Firth se mete en la piel de este monarca resignado con valentía, mostrando tanto su lado conmovedor como su faceta más violenta, y consigue que sus problemas del habla resulten tan creíbles como el Londres que le rodea. Asimismo, en sus miradas el espectador siente todo el temor que le infunde el micrófono, así como la posterior satisfacción de haberle hecho frente.
El intérprete inglés comparte el protagonismo con un australiano, Geoffrey Rush. El carismático logopeda al que da vida se convierte inmediatamente en el favorito del púbico, en parte por la simpatía que transmite y en parte también por la sabiduría que delatan sus miradas y algunos de sus comentarios.
La tercera en discordia es Helena Bonham-Carter, que reitera su condición de una de las actrices británicas más eficaces del momento metiéndose en la piel de la esposa del rey, la que nuestra generación conocería en vida como la Reina Madre.
Aunque el protagonismo de la historia recae, obviamente, en el monarca Jorge VI, son su esposa y el logopeda los que más empatía generan y de paso arrancan unas cuantas sonrisas.
Los tres pilares de "El discurso del Rey"
Ellos también destacan
Pero "El discurso del Rey" no es sólo un filme de intérpretes. Tom Hooper, quien ya había destacado con trabajos como "The Damned United", ejecuta aquí una impecable labor de dirección. Con ritmo pausado y planos muy estudiados, el realizador deja que las emociones de los actores se expandan al ambiente. Además, logra exprimir todo el dramatismo de escenas cruciales como el primer reto ante el micrófono o el camino hacia el discurso final.
A Hooper le ayuda, sin duda, el guión de David Seidler, que mezcla de manera acertada humor y emoción, y que al quizás sólo puede achacársele que pase muy de puntillas por la tragedia de la Segunda Guerra Mundial -aunque cierto es que ese no es el argumento-.
Por último, los escenarios y la fotografía contribuyen a crear un ambiente de calma antes de la tormenta que resulta idóneo para el contexto de la historia.
Mención aparte merece la banda sonora de Alexandre Desplat, el compositor del que más se oye hablar en los últimos tiempos. Su música, al igual que ocurría con el guión, juega de manera formidable a traspasar esa fina línea entre el drama y la comedia.
Geoffrey Rush y Colin Firth en uno de los increíbles escenarios de la cinta
No hay sorpresas
Con tanta calidad desbordando de todas sus facetas, no cabe duda de que "El discurso del Rey" es una gran película. Que no alcance el estatus de obra maestra puede deberse a la ausencia de sorpresa en su argumento. De hecho, para aquellos que hemos visto el tráiler antes de conocer la película, la trama y su desarrollo son de sobra conocidos, por lo que incluso puede resultar ligeramente decepcionante.
Sin embargo, nuevos visionados provocan reacciones más favorables al filme, porque es entonces cuando uno puede fijarse en los detalles, y es que "El discurso del Rey" es, sobre todo, un cúmulo de detalles bien cuidados y mejor hilvanados.
Esta peli está muy bien :P es bastante rara... xo mola