De qué va
La historia arranca con una misteriosa desaparición en un ferry para, acto seguido, presentarnos a un escritor (Ewan McGregor) cuyo nombre desconocemos, que recibe el encargo de revisar las memorias del ex primer ministro británico, Adam Lang (Pierce Brosnan). Este "negro", que en inglés equivale a "fantasma" -de ahí el título original del filme, "The ghostwriter"-, sustituye en el puesto a Mike Ara, el hombre que desapareció en el ferry del principio y que poco después fue hallado muerto en la playa.
Como el espectador enseguida descubre, el aparente suicidio de Carl pudo no serlo, ya que las memorias del político parecen encerrar más de un secreto.
Ewan McGregor es el escritor sin nombre del título
Lo justo, nada más
Con estas premisas, Polanski construye un relato comedido y sencillo donde ni sobra ni falta nada, y donde el personaje principal se va sumergiendo en una trama propia del cine de espías que tiene asegurada la intriga y la emoción. Un relato que, por si lo mencionado fuera poco, no termina en la palabra 'fin', sino que incita al espectador a atar todos los cabos sueltos y concluir la historia en su imaginación.
Desde ese todoterreno sin conductor en el ferry hasta la secuencia final, el suspense se mantiene en todo el metraje, ayudado por un excelente guión de Polanski y Robert Harris, que juntos adaptan la novela de este último, titulada simplemente "The ghost".
Asimismo, Polanski con su cámara, sabe explotar al máximo el potencial de cada situación, consiguiendo dejar para el recuerdo un buen puñado de escenas memorables.
Además, esa pizca de humor negro que adereza la película hace de esta obra un relato aún más entretenido; mientras que la ambientación, con esos paisajes fríos y desérticos, la música y sobre todo,las interpretaciones de los actores, contribuyen a considerar el filme uno de los títulos de más calidad estrenados en 2010.
De hecho, aparte del éxito cosechado en el Festival de Berlín, la película se hizo con seis galardones del Cine Europeo - mejor filme, director, guión, música, diseño de producción y actor principal (Ewan McGregor) -, cinco premios César y un sinfín de reconocimientos en certámenes anglosajones.
Ewan McGregor y Olivia Williams
Los actores
Ewan McGregor encabeza un reparto de altura, en el que también figuran Pierce Brosnan, Olivia Williams, Kim Cattrall o Tom Wilkinson. Todos ellos, sin excepción, bordan sus interpretaciones dotándolas de la necesaria curiosidad, prepotencia, misterio o magnetismo que requiere cada personaje.
Ewan McGregor, por ejemplo, un actor que lleva años partiéndose el lomo en la pantalla grande pero que aún no goza del suficiente reconocimiento -o esa es mi sensación- , da vida al héroe de la historia, un escritor de biografías con quien resulta sencillo identificarse. Sus dudas iniciales a aceptar el proyecto, su deseo de averiguar toda la verdad y el miedo a haberse pasado de la raya son comprensibles, y el espectador sufre con él la angustia de estar escarbando secretos que podrían costarle muy caros.
Mientras, Pierce Brosnan vuelve a hacer uso de su elegancia innata y sus facciones de villano -en su día, mejor que a James Bond, tuvo que haber interpretado a alguno de sus enemigos- para crear el clásico ex político que muchos tenemos en mente, más si pensamos en Tony Blair, el ex primer ministro británico al que intencionadamente recuerda el argumento.
El tercer personaje principal, y cuya intérprete se lleva la mayoría de halagos, es la esposa de Adam Lang. Olivia Williams construye un personaje en el que tan pronto resulta sencillo confiar como al minuto siguiente desconfiar. Además, su rol de mujer despechada produce empatía y la serenidad que muestra en todo momento transmite elegancia.
Olivia Williams y Pierce Brosnan dan vida al matrimonio Lang
Otro nombre destacable del equipo de "El escritor" ("The ghost writer", 2010) es el del compositor Alexandre Desplat, muy de moda últimamente, y que aquí imprime al ya de por sí inhóspito ambiente una sensación de amenaza que conjuga a la perfección con el relato.
La verdad
Olvidando el aspecto formal que, no obstante, es la mejor baza que presenta "El escritor" -de ahí su merecido reconocimiento en la Berlinale-,lo cierto es que la película de Roman Polanski invita a reflexionar sobre los políticos y los motivos que esconden sus actos y, en cierta manera también, sobre el mandato de Tony Blair. Los paralelismos entre el ex primer ministro británico y la historia de Adam Lang resultan obvios: además del parecido físico, ambos colaboraron con Estados Unidos en una guerra contra el terrorismo y escribieron sus memorias tras retirarse. La cuestión que estas semejanzas plantean al espectador reside en si ese parecido obedece a la necesidad de aportar credibilidad al argumento o a razones más comprometidas.
De uno u otro modo, la única verdad de "El escritor" es que se trata de un thriller con sabor a cine de espías, agrada por su falta de pretensiones y deja marca por la precisión y elegancia de su relato. Eso, y que a pesar de la polémica que rodeó su estreno, volvió a colocar a Roman Polanski en el olimpo de los mejores directores de cine de la actualidad.