Llevo años disfrutando con el cine del canadiense David Cronenberg, desde que comenzará por el 76 con aquella soberbia película de ciencia ficción "Vinieron de dentro de…" ("The Parasite Murders"), me atrapó su forma de hacer cine. Cierto es que antes ya había realizado dos películas y unos cuantos cortos, pero esta fue el inicio de su prometedora carrera. Luego vinieron cintas como "Rabia" ("Rabid", 1977), "Videodrome" ("Videodrome",1983) o "La mosca" ("The Fly",1986) y cada vez iba siendo uno de mis directores favoritos. Su forma de mostrar la realidad del ser humano mediante películas de ciencia ficción, cercanas a la mejor serie B, sencillamente, me cautivó.
A lo largo de los años su filmografía ha ido dando un cambio hacia el cine más de “realista” dejando a un lado la ciencia ficción, pero continuando con esa búsqueda de mostrar lo peor del ser humano y las consecuencias que esto conlleva. Con "Spider" ("Spider", 2002) se consagró para los críticos y fue con "Una historia de violencia" ("A History of Violence", 2005) la que llegó a juntar a crítica y público. El cine de Cronenberg llegó a su estado más alto.
Convertirse en héroe local, llevará que Tom recupere turbio pasado.
La película nos cuenta la historia de Tom (Viggo Mortensen), un camarero de un pequeño pueblo que vive tranquilo con su mujer y sus hijos en Indiana. Un día dos hombres aparecen en el local y piden unos cafés. Tom evita que estos atraquen el local, convirtiéndose en el héroe local, pero esto será el principio para que todo el país conozca su historia, y con ello viejas historias del pasado.
Basado en la novela gráfica de John Wagner y Vince Locke, solo un director como Cronenberg podía coger este excepcional relato y llevarlo a la pantalla con toda su crudeza, y con actores que dan la talla en pantalla.
El pasado siempre vuelve
La historia de Cronenberg va de menos a más. Desde el inicio contemplamos la tranquila vida de Tom, que junto a su esposa y sus dos hijos, parece tener todo lo que había soñado. La relación con su hijo mayor es cariñosa, llena de valores sobre la no violencia, la bondad y las buenas maneras. Tom se comporta de un modo magnifico con todos los que le conocen, nadie llegaría a sospechar que fuese un mafioso en otra época. El detonante llega cuando se convierte en el héroe, en esa persona que arriesga todo para salvar de una muerte segura a sus queridos vecinos. Desde este momento, Cronenberg da un giro al personaje, y todo su mundo cambia por completo. El primer plano de la cara de Tom cuando acaba de matar a los dos asesinos en su bar, muestra ese cambio, muestra que Tom ya sabe qué va a ocurrir. El pasado le atormenta, y ahora los fantasmas vuelven.
Una de las mejores secuencias de la película: duelo interpretativo entre Ed Harris y Viggo Mortensen.
Secuencias como la del bar reflejan lo que Cronenberg quiere dar en la película. Violencia contenida en cada una de las siguientes conversaciones, incluso con su mujer, con la que presenciaremos una de las escenas de sexo más viscerales que podamos encontrar en cine, hasta llegar al apoteósico final en el que la violencia visual, y personal de Tom –ahora Joey- , se muestra en la pantalla, para acabar la historia con una de las secuencias más bonitas de la película: la familia sentada en la mesa ante la llegada de Tom implorando perdón y cómo estos deciden olvidar todo para volver a su vida. Solo un maestro como el director canadiense es capaz de llegar a atormentarnos tanto y a la vez conmovernos de igual manera.
La labor de Viggo Mortensen en el personaje principal, por un lado nos deja claro que había vida después de Aragorn, tras "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson, que no se iba a encasillar en un papel que le dio tanto. Y por otro lado consigue una interpretación inolvidable, un personaje que cambia y que consigue meter al espectador en la historia desde el principio. Secundado por Maria Bello, William Hurt y Ed Harris, el film se completa a la perfección con unos personajes cuidados y perfectamente definidos.
Relaciones violentas
Una de las características del cine de Cronenberg es reflejar la violencia del ser humano, los comportamientos naturales de la especie. Obsesionado con la ciencia, el ser humano o el sexo, el director sabe que historias quiere contar, y a lo largo de su carrera ha cambiado su forma de presentarlas, pero siempre llevan implícito sus temas de referencia. Muchos catalogan a "Una historia de violencia" como la mejor película del director hasta la fecha, cierto es que con ella cambió totalmente de registro después de "Spider" , y que sus siguientes películas han girado en torno a un cine más convencional, pero sin perder de vista lo que quiere contar y cómo lo quiere contar.
William Hurt es el mafioso hermano de Tom y quiere saldar viejas deudas olvidadas.
El film está narrado de manera que las relaciones entre sus personajes se basan en la confianza entre la pareja protagonista. Cuando el conflicto y el pasado de Tom salen a la luz, la violencia a la que Tom estaba acostumbrado, aflora, y esto, cambia las relaciones con los suyos. Su propio hijo se ve afectado y su comportamiento débil y grácil cambia. Incluso su mujer desea conocer a la persona que un día fue su marido. Las imágenes de gran familia unida, se transforman en secuencias violentas, donde los más bajos instintos de los personajes afloran.
La violencia entre seres humanos queda finalmente reflejada en la relación entre hermanos. Una secuencia final para enmarcar, donde conocemos finalmente a Joey, y en donde se cierra una historia para que Tom pueda vivir tranquilo.
Poco más se puede decir de "Una historia de violencia" ("A History Of Violence", 2005). Rodada con tranquilidad, está entre el western y el cine negro de los 50, llevado con sobriedad y talento a la pantalla. Con una fotografía más que destacable, lo único que puedo decir en contra es que se hace corta. Acaba el film y quedas con ganas de saber más sobre qué pasará, pero he aquí otra de las características del cine de Cronenberg: las películas duran poco, pero son tan intensas que hacen desear que duren horas.