Roma, la ciudad eterna. Y también, el cuarto destino elegido por el cineasta Woody Allen en su particular gira por Europa. La película que primero se llamó 'Bop Decameron', más tarde 'Nero Fiddle' y finalmente 'A Roma con amor' es un compendio de extravagantes historias donde Allen vuelve a demostrar talento al mezclar realidad con ficción. Un filme entretenido, sorprendente y divertido, que aunque no llega al nivel de calidad alcanzado por 'Match Point' o la más reciente 'Midnight in Paris', sí invita a pasar un buen rato y también reflexionar sobre las relaciones de pareja y un puñado de temas más.
'A Roma con amor' ofrece un paseo por la ciudad italiana acompañado de distintos personajes. Por un lado, Jack, Sally y Monica, un complicado triángulo romántico que hará oídos sordos a la conciencia del Jack futuro. Por otro, el joven matrimonio formado por Antonio y Milly, que acuden a Roma con la intención de impresionar a la familia de él pero que concluyen el día de manera inesperada. También está Leopoldo Pisanello, un hombre corriente que de la noche a la mañana se convierte en famoso porque sí. Y, por supuesto, Jerry, el personaje con el que Woody Allen vuelve a la interpretación 6 años después, y que da vida a un jubilado que 'descubre' una futura estrella de la ópera.
Penélope Cruz es una de las numerosas estrellas del reparto
Roma, secundaria
A diferencia de la mencionada 'Midnight in Paris', cinta con la que Woody Allen ganó el Óscar al mejor guión original, en 'A Roma con amor' la ciudad no es un personaje relevante en la trama. Sí, sirve de magnífico escenario a encuentros románticos o situaciones inverosímiles, pero si Allen hubiera elegido cualquier otra urbe en lugar de Roma, las historias no habrían cambiado.
Por otra parte, los cuatro relatos que cuenta Allen no están conectados entre sí, ni tampoco se aprecia de manera clara un nexo común que justifique su convivencia en la película. Ese factor, unido a las resoluciones simplonas de casi todas las historias, puede no satisfacer al espectador.
Además, la transición entre los distintos fragmentos a veces se siente forzada, lo que afecta al ritmo general de la cinta. Por todas estas razones, puede afirmarse con tranquilidad que 'A Roma con amor' no es la mejor película del director y guionista neoyorquino. No obstante, merece la pena su visionado.
John, Jack, Monica y Sally
Para comentar 'A Roma con amor' es necesario hacerlo por partes. En primer lugar, llama la atención la historia que inicia John (Alec Baldwin), un exitoso arquitecto que de visita en Roma decide acercarse al Trastévere, el barrio donde vivió durante una temporada cuando era más joven. Allí se encontrará con su yo de entonces (Jesse Eisenberg), quien sin embargo se llama Jack, a quien intentará alejar de Monica (Ellen Page), la estrafalaria amiga de Sally (Greta Gerwig), su novia, para evitar que vuelva a cometer el mismo error que presuntamente cometió él.
Esta trama es quizás la más elaborada de la película, así como la única que podría haber generado en solitario un filme aparte. Las interpretaciones de Jesse Eisenberg y Ellen Page destacan, además, por su naturalidad, mientras que la presencia del 'fantasma' del futuro da ese toque a lo Woody Allen que consiste en hacer uso de elementos fantásticos sin dar la sensación de estar transgrediendo ninguna ley.
Alec Baldwin, Ellen Page y Jesse Eisenberg
Antonio, Milly y Anna
La aventura del joven matrimonio es la pieza del puzzle donde entra en acción Penélope Cruz. Antonio y Milly (Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi) son una pareja que viaja a Roma para impresionar a la familia de él y obtener así un puesto de trabajo importante. Pero el deseo de Milly de acercarse a la peluquería, que acaba con la joven perdida, deambulando por las calles de la ciudad, así como la inoportuna aparición de Anna (Penélope Cruz), una prostituta que se cuela en la habitación de Antonio, trastoca por completo los planes de la pareja.
Los malentendidos y la ingenuidad de Milly son los elementos cómicos de la que es, quizás, la historia más divertida de 'A Roma con amor'. Una fábula sobre las relaciones de pareja en la que destaca la actuación de la actriz italiana.
Alessandro Tiberi y Alessandra Mastronardi
Leopoldo Pisanello
La sorprendente historia de Leopoldo Pisanello parece surgida de la pluma de José Saramago. Se trata de un surrealista relato que invita a reflexionar sobre la fama, la intimidad y la facilidad con la que los ciudadanos de a pie veneramos a personajes públicos salidos de la nada. Este fragmento de la película de Allen cuenta cómo, un buen día, un grupo de fotógrafos persigue al ordinario y aburrido Leopoldo Pisanello (Roberto Benigni) hasta que el pobre hombre es rescatado por un chófer que le traslada a un programa de televisión. Allí, la periodista de turno mostrará un especial interés en conocer cómo le gustan las tostadas a Leopoldo.
Y es que el personaje de Benigni es famoso porque sí. Pero famoso, famoso. Es decir, la gente le admira, le pide autógrafos, guapas mujeres hacen cola para acostarse con él y la media rota de su esposa se convierte en tendencia de moda. Los peligros y las virtudes de la fama son el tema de este relato que resulta ser el más memorable de la cinta.
Roberto Benigni es Leopoldo Pisanello, el hombre del momento
Jerry, Giancarlo y sus familias
Lo que arranca como el clásico romance que surge a la sombra de la Fontana de Trevi se convierte en la ópera más extraña jamás vista en el cine. Cuando el italiano Michelangelo (Flavio Parenti) y la estadounidense Hayley (Alison Pill) deciden casarse, los padres de ella visitan Roma. Allí conocen a la familia del novio, un matrimonio que regenta una funeraria. Jerry (Woody Allen), que se dedica al negocio de la música, descubre la impresionante voz de Giancarlo (Fabio Armiliato) y decide promover su carrera. Sólo habrá un problema: Giancarlo únicamente canta bien en la ducha.
A partir de ahí se desarrolla una inverosímil y entrañable historia que deja para el recuerdo imágenes sorprendentes. Es en este fragmento, además, donde Woody Allen derrocha todo su talento creativo reservando para sus personajes algunos de los mejores diálogos del filme.
Woody Allen y Alison Pill
Al final, 'A Roma con amor' deja la agradable sensación de haber disfrutado de una película original, con sus momentos divertidos, su romanticismo y sus preguntas filosóficas. Es, también, una prueba de que el prolífico Woody Allen sigue en forma, tanto en su faceta creativa como en la interpretativa. Sin embargo, hace aún más cierta esa afirmación de que el cineasta neoyorquino alterna obras de arte, como es 'Midnight in Paris', con películas regulares, como esta 'A Roma con amor'.