"El desconocido" y la proyección internacional

Escrito por alejandro

“El desconocido” (Daniel de la Torre, 2015) no es solo una película, es un currículum tanto para la productora, Vaca films, como para el director, Daniel de la Torre, novel, para añadir algún dato más. Un proyecto con un claro objetivo en la mente de todos sus responsables: la proyección internacional. Llegar a presupuestos más altos, a un mercado más amplio y a una posición en el cine comercial que permita afrontar cada nuevo trabajo de otra manera. 

Para Vaca films sería la demostración de que pueden hacerse cargo de películas más grandes, más comerciales, con posibilidad de llegar a un público no limitado al mercado nacional. Y todo sin necesidad de salir de casa, porque si algo han demostrado los últimos años es que en cuanto a localizaciones, ideas y reparto la variedad de recursos es lo suficientemente amplia. Ejemplos sobran y están en la mente de todos, a pesar de las diferencias entre la calidad y el interés de las propuestas finales. La intención es ofrecer productos comerciales de calidad y con recorrido en taquilla. “El desconocido”, a priori, reúne las condiciones para ser una gran carta de presentación.

729c4ac8708d484c8a857468312a4accEl aprovechamiento del presupuesto y los recursos al alcance de la mano son totales.

Para Daniel de la Torre es una ocasión de oro para debutar con una película llamativa. Reparto con caras conocidas, cierta libertad para desarrollar su proyecto y un guión potente al que poder sacarle jugo. En su mano está generar ambientes, sensaciones, saber manejar la tensión dramática, en definitiva, ofrecer un thriller potente. Al fin y al cabo, es el género más potente para llegar a la “industria” y situarse. La vista está puesta en el mercado internacional y hace falta llamar la atención. Otro que parece, a priori, haber logrado su objetivo.

¿Y la película?

No debemos olvidarnos de que “El desconocido” es, ante todo, una película y no solo una operación de marketing. Y toca valorarla por lo que vemos en pantalla, no por si congeniamos más o menos con las intenciones de sus responsables, que pueden no ser más que meras conjeturas o interpretaciones de ciertas declaraciones. La idea, no cabe duda, es tan potente como recurrente en la historia del cine. Un hombre “encerrado” en un espacio muy limitado es extorsionado a través del teléfono. Para incrementar la tensión, los niños viajan con la víctima en el coche. 

La tensión es latente y se va a reflejar en la interpretación del protagonista. Aquí aparece la cara de la película, Luis Tosar (en el papel de Carlos, director de una sucursal bancaria). El actor gallego debe explotar al máximo sus capacidades interpretativas porque solo dispone de su cara, sus manos y su voz para hacerse verosímil y ganarse, al menos, nuestra compasión. Un león enjaulado obligado a mucho mientras debe permanecer sentado y apenas puede girarse para atender a su hijo.

7e72e90a494392c7c00e7885ac681fa7Luis Tosar se muestra cómodo y contundente en un espacio tan limitado.

El margen de maniobra es tan pequeño que hace falta una mínima ayuda. Y es aquí donde la labor de Daniel de la Torre luce más. Se saca el máximo rendimiento a los recursos al alcance de la producción y esos son las persecuciones y la ciudad, A Coruña. Los planos aéreos, el paseo marítimo urbano, la plaza en la que se desarrollan los momentos clave de la trama y el puerto donde tiene lugar el final son potentes y contrastan con el entorno cerrado del coche donde nos “metemos” en multitud de ocasiones.

Por supuesto, hay que tirar también de interacciones del coche y sus ocupantes con el exterior y aquí los registros de Tosar especialmente, pero también de Paula del Río (hija de Carlos), dan vida a momentos a priori menos tensos pero claves para el avance de la película. Algo tan intrascendente como una conversación con los compañeros de colegio del hijo pequeño (Marco Sanz) sobre una pelota puede transformarse en una situación de vida o muerte.

5bc1bacd965f2a4125aa6f0a5ab4eb38Como buena película de acción, hay grandes persecuciones.

Las dificultades

Últimamente, es uno de los caballos de batalla de muchas producciones destinadas al cine puramente comercial. Historias de estructura clásica que disponen un planteamiento con infinidad de posibilidades y que genera interés entre los espectadores, un nudo tenso, un thriller bien llevado, con actores convincentes y una trama que te pega al asiento y un desenlace que paga todas esas expectativas.

Y esta es la pega fundamental a una película como “El desconocido”. Sales del cine con peor sabor de boca del que esperabas. Te sentaste en la butaca dispuesto a disfrutar. Te presentaron unos personajes interesantes, igual flojea un poco el de la esposa (Goya Toledo) pero no deja de ser un secundario, había nervios, tensión y podías llegar a ponerte de parte de un tipo dispuesto a todo por salvar a su familia. Incluso podías estar dispuesto a pasar por alto que en realidad fuese un capullo sin escrúpulos que no hacía excesivo caso a esa familia. Lo habían puesto al límite y respondía primero con arrogancia, después con mínima entereza y al final con pura y dura desesperación. 

El problema es que el coche no podía permanecer en movimiento, aislado al mismo tiempo, dentro de la ciudad y llega un punto en el que para. Y tú, espectador, empiezas a pensar que llega el momento de las explicaciones. Llega el momento de girarse hacia el guión, donde aparece el nombre de Alberto Marini (hemos hablado de él hace poco gracias a “Mientras duermes”), demasiado preocupado en esta ocasión por dar una salida al héroe y ofrecernos un happy end con moraleja incluida. 

22f4ee8a829e46bfa77785d7138ba68dDentro del coche nunca faltan la tensión y las situaciones límite.

Que nadie se preocupe porque no va a haber spoilers en esta ocasión. Nada diremos del destino que espera a Carlos, a sus hijos, su esposa, el amante, los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado ni del malo malísimo (con trasfondo social y actual, que tiene que haber de todo). Solo un detalle, sacrificar verosimilitud para lograr completar ese viaje del héroe y un epílogo demasiado obvio solo sirven para lastrar esas expectativas generadas. Se echa en falta algo del cinismo y de la cruda realidad en “El desconocido” (Daniel de la Torre, 2015) que sí había en la citada “Mientras duermes” aunque eso pudiera resultar contradictorio para los planes y la proyección internacional de película, director, productora…