En el último medio año se ha hablado mucho de '8 apellidos vascos', la producción española más taquillera de la historia; de '12 años de esclavitud', la ganadora del último Óscar a la mejor película; o de 'El lobo de Wall Street', la quinta colaboración entre el director Martin Scorsese y el actor Leonardo DiCaprio que ha escandalizado a unos y enamorado a muchos otros. Pero, ¿y 'Nebraska'? Su estreno en plena temporada de premios pasó desapercibido y, ahora, el nuevo trabajo de Alexander Payne, ya ha caído en el olvido. Y eso que 'Nebraska' es, sin duda, una de las mejores películas que han pasado por la cartelera española en los últimos seis meses. Y, como tal, merece un reconocimiento (más allá de las 6 nominaciones a los premios Óscar que, lamentablemente, no se tradujeron en premio; o del galardón al mejor actor en el festival de Cannes que sí ganó Bruce Dern).
Así pues, ahí va reconocimiento particular: las razones por las que la película de Payne ocupa un lugar de honor en el cine del último medio año y, también, en mi corazón.
Padre e hijo emprenden juntos el viaje que más les acercará
1. Porque está rodada en blanco y negro.
Un blanco y negro que aporta el ambiente idóneo a la trama. La historia de 'Nebraska' es la de un anciano demente, Woody Grant, que, acompañado por su hijo David, decide recorrer cientos de kilómetros para cobrar el millón de dólares que una carta le informa de que ha ganado. Se trata de una road-movie que habla de la soledad y la familia, de ritmo pausado y brillante guión, donde el mensaje llega mejor sin la distracción que provocan los colores.
2. Porque todos tenemos una familia.
Y entendemos lo difícil que a veces resulta llevarse bien con un padre, como le ocurre a David; las riñas que pueden surgir en un matrimonio; o incluso la vergüenza ajena que uno puede sentir de sus tíos y primos. Por eso, la complicidad con los personajes de 'Nebraska' está asegurada.
Las reuniones familiares son, en Nebraska, un polvorín
3. Por el emocionante desenlace del viaje de Woody Grant.
Una vez que David ha desistido en su objetivo de entender a su padre y hacerle comprender que el millón de dólares es una estafa, el regalo final que le ofrece es tan perfecto que toca la fibra sensible. Es un canto al amor filial que predica la aceptación del otro con sus virtudes y sus defectos.
4. Por el ingenio sencillo que caracteriza a su guión.
El guión que firma Bob Nelson destaca por sus diálogos divertidos y sus escenas surrealistas. Es un libreto original que no se vale de rarezas para sorprender, sino que recurre a acontecimientos rutinarios y situaciones aparentemente anodinas para provocar sonrisas y carcajadas.
Will Forte y Bruce Dern son los héroes de esta road-movie familiar
5. Porque huye de los tópicos.
Y, en esa huida, el guión de Bob Nelson destaca por su originalidad. En esta historia familiar, ni los hermanos son rivales, como suele resultar habitual en la gran pantalla, ni el matrimonio Grant toma aire entre discusión y discusión para prodigarse amor ni la enfermedad de Woody desaparece como por arte de magia.
6. Porque June Squibb es adorable.
Sin menospreciar el trabajo de Bruce Dern o Will Forte, a sus más de 80 años June Squibb se ha convertido en la revelación de 'Nebraska'. Mordaz, atrevida y con el comentario perfecto en la punta de la lengua. Así es Mrs Grant y así lo prueba en cada ocasión que encuentra.
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7. Porque las películas que te dejan una sonrisa piden verlas una y otra vez.
'Nebraska' es un melodrama que, en la línea de los filmes anteriores de Alexander Payne ('Entre copas' o 'Los descendientes'), provoca nostalgia, pena y también risas. Pero, sobre todo, se trata de una película preciosa de las que dejan sonrisa en los labios y lagrimilla en el ojo.
Son siete razones para amar 'Nebraska' y reivindicar su posición como gran película del cine actual. Siete razones para recuperar el trabajo con el que Payne por fin conquistó a esta que escribe.