Existen planes perfectos para la realización de una película. Esto es cuando estudios, productores, guionistas, directores o actores confluyen en línea con Saturno y provocan una verdadera obra de arte... no es necesario que sea un gran estudio, o un director potente. Incluso no es necesario que los actores sean conocidos, algo que incluso eleva la capacidad de sorpresa mucho más y deseemos conocer todo lo que podamos acerca de ellos.
A veces, nos encontramos con planes mediocres. Proyectos que de vez en cuando "patinan" en alguno de estos elementos y que, como mucho, el guionista, un par de actores y el best-boy, se alinean con algún asteroide cuyo nombre es impronunciable. Así, sin ser obras de arte, ni buenas películas, puede que por la simpatía y curiosidad que nos haya despertado el planteamiento nos obliguemos a quedarnos hasta el final de la misma para ver cómo acaba. Aunque lo sepamos desde el primer minuto.
Y finalmente nos encontramos con películas que responden a un plan... llamémosle alimenticio. Esto es cuando un estudio, productor y guionista, director y actor, todos juntos se alinean (además, en sentido literal) unos detrás de otros, para recoger su plato de habichuelas y a otra cosa, mariposa.
Brett trabaja duro y sin descanso para convertirse en la mejor editora de Manhattan
Expectativas
Sinceramente, no hay nada malo en esto último. Todos, a lo largo de nuestra vida hemos tenido que hacer, en algún momento, lo que no nos gusta y si no ha sido así, lamento informarte que ya te tocará (esto sí que es un pedazo de spoiler). En el mundo del cine ocurre lo mismo, hay quienes no tienen otra elección después de algunos años de reconocimiento del público y se amoldan a la situación para -según las malas lenguas- saldar deudas. O lo que viene siendo "hacer un Nicolas Cage". Ya que está tan de moda esta tontería.
Realmente no tenía ninguna expectativa con este film (?!), es más, puedo decir que accedí a verlo después de documentarme para el post de una chica de los suburbios. Y así estaba yo, venga a buscar y buscar información y en los resultados no hacía más que salirme "Suburban girl". Algo que lógicamente despertó mi curiosidad y más cuando vi a Alec Baldwin en el reparto.
En el caso que nos ocupa, "Historias de Manhattan" (como se conoció aquí en España, en vez de "Una chica de los suburbios" o "Chica suburbana") puede tratar de convencernos que Sarah Michelle Gellar quisiera quitarse la careta de Buffy la Cazavampiros y aspirar a algo más. O que Maggie Grace matara el rato mientras Liam Neeson la rescataba en algún lugar entre Perdidos y "Venganza" ("Taken", Pierre Morel, 2008). O que Alec Baldwin en este caso se hubiera convertido en algo irreconocible, después del regalazo que Scorsese le hiciera con "Infiltrados" ("The Departed", 2006).
Puede tratar de convencernos, digo. Pero no llega ni siquiera a eso. No es capaz de plantear las situaciones adecuadas y a lo largo de toda la película, o lo que sea esto, tienes la sensación que va todo muy acelerado y que los chistes o situaciones románticas, nunca llegan ni a esbozarse.
Archie Knox despliega todos sus encantos delante de Brett
Plástico, plástico y más plástico
El caso que cuando vi el cartel, casi me da algo... algo de risa, se entiende... En fin, procedamos a destripar semejante cosa para vuestro deleite.
Tenemos una chica que dicen que viene de los suburbios. Todo un arquetipo de mujer que crece en condiciones adversas cuyo vocabulario, cuando es violento, no pasa de algún "caramba" y que siempre veremos enfundada en vestidos chic con lazo a la espalda incluido. Tiembla, Salander. Tu sucesora está aquí ...
Esta chica es excesivamente trabajadora, tanto que es capaz de leer ladrillos enteros de los aspirantes a escritores y corregirlos y requetecorregirlos ¡mientras camina! A mi, que me tiembla la mano cuando escribo en el móvil y en más de una el corrector descubre mi subconsciente... mmmmh, esto me da que pensar... ¿acaso Sarah Michelle Gellar vive en nuestros móviles? Interesante cuestión (en este punto os recuerdo que tenéis debajo un recuadrito para responder a esta pregunta o para dejar un comentario).
Bueno, a lo que íbamos. El caso es que Brett es aspirante a editora de una de las firmas más famosas de Manhattan. La joven no ceja en el empeño de conseguir su sueño: ser la mejor editora del mundo y estar a la altura de Archie Knox (Alec Baldwin), un editor "Archie-famoso" (un chiste a la altura de esta peli).
Brett quiere ser la mejor y para eso, aprende de Archie
El destino (y Melissa Bank) quiere que sus vidas se crucen y es aquí donde ocurre la magia. Así, de golpe, quedan un par de veces y se van a vivir juntos. El "chica conoce chico" queda enfundando con las cubiertas de un libro cuyo color de fondo se mueve entre lila y rosa, y las letras serifas que lo presentan, de tantas vueltas que dan sus terminales, provocan que te olvides qué ocurre en primer término y vayas únicamente a los detalles de los escenarios escogidos para el rodaje. Manhattan tiene tanto que ver... si no fuera por esos dos bultos que tengo ahí delante diciendo moñigadas sin sentido, sería un documental correcto.
Vaya. Ya me he vuelto a distraer. Recordemos que ella se va a vivir con él a la primera de cambio. Llegados a este punto, te dices: "Archie, tío... eres un campeón. Brett, chica... ¿¡qué nombre es ese, por favor!?"
Archie consigue robarle un beso a Brett
Subtramas aburridas
¿Subtramas? Bueno, de eso también tenemos aquí. Veamos. Ella tiene un novio viajero y cuando vuelve de su viaje por Europa, Brett lo deja antes de irse a vivir con Archie. Pero no os preocupéis, ella no es mala, digamos que el descerebrado que tiene por novio la disfrazó de perchero cuando estuvo de viaje. Cosa que a ella parece no importarle mucho, lo que realmente le fastidia es que él está como un cencerro.
¿Qué más?... a ver. A nuestra aspirante a editora le cambian la jefa sustituyéndola por una pelandrusca fría y guapa a la que le gusta ir sin ropa interior (¡a la hoguera con ella!). No hace más que mandar trabajo y más trabajo a Brett, además, para complicar aún más la historia (?), la pelandrusca y Archie ya se conocían de antes, digamos que bastante a fondo. Algo que él no le dice y que cuando nuestra amiga se entera, le sienta muy mal. Tanto que casi dice una palabrota mientras se emborracha en una fiesta megachic.
La nueva jefa de Brett le desvela algunos secretos
¿Qué? ¿No os parece suficiente? Bueno, ahí va otra. Brett vuelve a casa de sus padres, allí en los suburbios. Unos suburbios con sus casas de 150 metros cuadrados como mínimo y dos plantas. Con su porche y su patio trasero. Y algunas zonas verdes, claro. En definitiva, unos suburbios que dejan al "bloque" de Attack the block a la altura del betún. Pero no nos perdamos en los detalles ínfimos que nos recuerdan el hacinamiento en el que Brett vivía antes de irse de casa. Os diré que si estabais esperando el "momento lágrima" en algún punto de la peli, ahora es cuando toca. El padre de Brett tiene cáncer, pero como ella es frágil y débil como un elefante con tutú, prefieren no decirle nada y claro, cuando se entera, la relación con su hermano se fastidia aún más. Personalmente a mi se me hizo un nudo en la garganta en esta escena. Y es que siempre se me ha dado mal hidratar los jojitos. ¿De qué estarán hechos?
Archie también tiene sus problemas. El hombre tiene una mala relación con su hija, es ex-alcohólico y de vez en cuando le gusta quedar con otras chicas. De esas que dicen que son muy malas.
Seguro que he pasado por alto alguna subtrama más, pero es muy difícil concentrarse con esos escenarios. Yo sólo sé que necesité un vaso de agua para no atragantarme con los dichosos jojitos y que Manhattan es muy bonito. O eso parece si esos dos no estuvieran en medio.
This is the end... na, na, na... my only friend, the end...
Vemos a Brett vestida de luto por la muerte de su padre. Bueno, yo creo que va de luto porque el vestido es negro, pero a lo mejor está en otra fiesta. Quién sabe. El caso es que la vemos allí, monísima, sentada en el columpio de la casa de aquel suburbio "infrahumano", con su lacito negro en la cabeza a modo de diadema y todo. Descubrimos que la vida de un editor famoso es complicada y debe llevarte todo el día, porque Archie tenía otras cosas que hacer antes que acompañar a su novia al funeral de su padre.
Y mientras nuestra chica está sumida en sus pensamientos tras hablar por teléfono con su novio "carca", su hermano le dice con pocas palabras que si le necesita, él estará ahí, y que antes que su padre muriera, le dijo que se iba tranquilo de este mundo porque sabía que Brett podía cuidarse sola. Todos felices por la muerte del padre. ¿O era por el mensaje que le dejó a su hermano? Ahora mismo no lo sé. El caso es que me llama la atención lo bonito que tienen los jardines en los suburbios.
Brett se columpia feliz, vestida de luto
Brett se encuentra con las fuerzas suficientes para hablar con Archie, tantas como para separar sus vidas. Y nuestro editor favorito, en un movimiento desesperado, coge el móvil delante de ella y le pide matrimonio con un SMS. Nunca he visto escena más profunda en las pedidas de mano. Sobre todo porque el primer SMS no llega ... torpe que es el chaval.
Déjame que te diga una cosa, Archie. Así, en plan colega. Si te preguntas por qué Brett se ha negado a casarse contigo (¡vaya! al final se me escapó... ¿cómo se borraba aquí? ¡'098... alguna de éstas era... +`ç´-.,), bueno, a lo que íbamos. Si Brett te ha dicho lo que te ha dicho, es porque según qué operadoras, un SMS cuesta 0,15€... ¡y has tenido que enviar dos! Tío, ¿a qué estamos? Que tienes delante a la pobre chica esperando que madures. Por lo menos, digo yo, pregúntaselo a la cara.
¡No, hombre, no! Lo del matrimonio, no. Pregúntale cómo se manda un guasap.