Review: Brave (Indomable) (2012)

Pixar ha creado de nuevo (esta vez en su asociación con Disney) una bonita película de animación que asegura hora y media de conmovedora historia, de buenos personajes, de preciosos planos y de un emocionante final, sobre todo si acudes al cine con alguien un poco sensiblero, como fue mi caso.

“Brave” (Mark Andrews, Brenda Chapman, Steve Purcell, 2012), sigue la línea de las películas de Pixar de “clase media” para dejarnos un estupendo producto veraniego que gustará a niños, jóvenes y padres, más a los primeros (como es de suponer) pero igualmente será un buen divertimento para los demás, al menos si no han enterrado a aquel niño que vibraba con las emocionantes historias de dibujitos de antaño. El filme es como aquéllas: rápida, preciosa, enternecedora, mágica. Una película en la que sabes que todo saldrá bien, en donde siempre triunfarán las buenas intenciones y donde siempre nos encontraremos con una bella moraleja final.

La princesa indomable

Mérida es una joven princesa de largo y rojizo pelo rizado. Su padre, el poderoso y bonachón rey Fergus, gobierna en un reino donde la paz es mantenida a través de una alianza con otros tres clanes cuyos jefes le rinden pleitesía al gran rey. Pero la reina, Elinor, una mujer justa y estricta, es quien mueve verdaderamente los hilos en el reinado, haciendo bueno aquel dicho que anuncia que, detrás de un gran hombre, siempre se esconde una gran mujer.

La familia real, donde la reina es quien lleva las riendas del reino, y donde la princesa intenta romper esos grilletes que se le imponen.

Pero, a pesar de que Elinor intenta hacer lo mejor para el reino y para su hija, la princesa, Mérida choca una y otra vez con las estrictas directrices de su madre. La muchacha es una joven indómita y hábil arquera que sueña con una vida fuera de los grilletes que la sociedad le impone, que son, a la sazón, los de una vida dirigida, donde debe casarse con alguien a quien no ama para salvaguardar la integridad del reino. En una gran disputa por la cuestión marital, Mérida escapa del castillo real. Aquí se hospedan los tres clanes que han presentado, a su vez, a sendos candidatos a tomar la mano de la joven. Pero ésta huye de su destino y se interna en un mágico bosque donde, refugiada de toda civilización posible, una anciana bruja talla figuritas de madera para venderlas en los mercados artesanales. A ésta le pide Mérida que cambie a su madre, que la haga tal y como ella es, que le abra los ojos. La anciana elabora una pócima que, como de costumbre en este tipo de películas, esconde algún que otro efecto secundario que ha olvidado decir. Aquí es donde comienza “Brave” a convertirse en un divertido producto Disney Pixar, cuando Elinor toma la pócima de la bruja.

Mérida no puede esconder su corazón rebelde, y finalmente rompe con las normas que se le presuponen.

Un producto veraniego de Pixar

“Brave” es otra buena película de Disney-Pixar nada pretenciosa. Producto veraniego, podría encontrarse a la altura de “Monstruos S.A.” (Peter Docter, Lee Unkrich, David Silverman, 2001), “Los Increíbles” (Brad Bird, 2004), “Cars” (John Jasseter, Joe Ranft, 2006) o "Ratatouille" (Brad Bird, Jan Pinkava, 2007). Curiosamente, salvo las dos primeras, todos los productos de Pixar, desde la ya citada “Cars” hasta esta última “Brave” han sido lanzadas en verano, entre los meses de junio y julio. Son películas perfectas para animar una calurosa noche de verano, la estación que ya nos está dejando, una vez más, pero de cuyas películas tipo nunca podremos desprendernos. “Brave” es una estupenda manera de pasar hora y media de tu vida en compañía de algún joven o de alguien que aún no haya abandonado el cariño por el producto juvenil, alguien que no haya sido sucumbido por las majestuosidades del cine de autor o por la grandilocuencia del cine de hoy de Hollywood. Por ello Pixar siempre triunfa con todas sus películas, porque las produce desde el mimo del cine de antes, desde las películas que nos hicieron soñar de niño y que hoy cada vez más escasean.

Pero si por algo se caracteriza Pixar, es por aunar en una misma película el sabor de las películas de animación antiguas, con las nuevas tecnologías que asombran a cualquier espectador. “Brave” es, por su bellísima factura, una vuelta de tuerca más a los avances técnicos en la animación. El pelo de Mérida es un ejemplo único de estos avances tecnológicos: tiene más de 1500 mechones rizados, esculpidos por separado, que generan un total de 111.700 cabellos que tienen vida propia y que se mueven casi todos por separado. Algo único hasta hoy en la animación. 

El pulso entre Elinor y Mérida hará, muy probablemente, que muchas madres e hijas se vean reflejadas en la película.

Una gran película de aventuras con mucha emoción, con personajes memorables y enternecedores y con un humor clásico ya en Pixar que hará reír a todos los espectadores. Merece la pena sólo por sus estupendos planos visuales, por su hermosura técnica y por el pelo de Mérida. Recomiendo su visionado con niños, que no dejarán de esbozar una sonrisa conforme avance la historia. O con niños, o con parejas “sensibleras”, como fue mi caso. “Brave” sacará una lágrima de emoción o una sonrisa dentro de nosotros, lo aseguro.

Cartel de la película "Brave" (2012)