Review: Hitchcock (2012)

Review: Hitchcock (2012)

Escrito por Lucero

La mayoría de nosotros somos demasiado jóvenes como para haber vivido el fenómeno Hitchcock en vida. Alfred Hitchcock (1899-1980) fue, es y será una rareza en el mundo del celuloide, como un visitante que vino, hizo sus películas de suspense y terror, y se fue. Permítanme esta blasfemia para hablar sobre el genio, que tantas horas de incontable entretenimiento nos ha ofrecido.

Decía que ninguno de nosotros pudimos disfrutar al Hitchcock en vida aunque ahora nos queden sus películas. Decía, también, que Hitchcock fue en realidad como un extraterrestre, aunque probablemente la mejor manera de definirlo, de definir su rareza, sea considerándolo como una especie de viajero del tiempo; un hombre que, realmente, nunca estuvo cómodo en el mundo y en la época en que vivió. De ahí su anomalía, de ahí su especial inquina con Hollywood, la industria que, por otra parte, lo hizo millonario, con los Óscar (que lo ningunearon durante toda su carrera), con la sociedad en general.  A mí Alfred Hitchcock se me antoja como si Edgar Alan Poe, otro de los grandes maestros del suspense, hubiese conducido el Delorean hasta los años 30 del siglo XX.

“Hitckcock” (Sacha Gervasi, 2012) acentúa esta extraña sensación mía para con el mito del cine, que no sé si alguien más comparte. Una película que no sólo nos muestra cómo Hitchcock rodó Psicósis, probablemente su obra cumbre, sino cómo un anciano cineasta  solitario y huraño fue perdiendo cada vez más su contacto con el mundo que lo rodeaba, aunque sin salirse nunca del matiz cómico del que nunca se despega la película. La mujer de Hitchcock, Alma Reville (deliciosamente interpretada por Helen Mirren) era, precisamente, el único contacto que al cineasta unía con todos nosotros. Dentro de su mente (una mente tan prodigiosa que nunca el cine volverá a conocer, probablemente), miles de historias se conjugaban a diario en una catarsis creativa de la que nunca el mito se separaba.

photo_8247.jpegUn muy caracterizado Anthony Hopkins repite gestos y ticks del maestro del cine para dejarnos una muy buena actuación que podría haber llegado mucho más lejos si "Hitchcock" no hubiese sido planteada en clave de comedia.

Una de esas ideas, "Psicosis", fue su apuesta más arriesgada, que sería, a la postre, su mayor triunfo. Todo ello cuenta “Hitchcock” (o lo intenta al menos), e intentaremos contarlo nosotros en las siguientes líneas.

La película de cómo Hitchcock rodó "Psicosis"

Resulta extraño (e incluso puede dar un poco de grima) ese magnífico Anthony Hopkins (lo reconozco, uno de mis actores predilectos desde que, casi de niño, me estremecí de miedo con su Hannibal Lecter), sepultado en kilos de maquillaje para interpretar al orondo Hitchcock, célebre tanto por sus películas como por su perfil y su papada. Como ocurre siempre en estos casos, resulta muy extraño también el doblaje, cuya voz tiene muy poco que ver con la original. Si no te es un impedimento ver la película en Versión Original Subtitulada, lo recomiendo encarecidamente. Porque la voz que Hitchcock tiene en la versión española acentúa aún mucho el matiz cómico de la película, hasta el punto de parecernos una parodia. La completa actuación de Hopkins (imagen y voz) se acerca mucho más a Hitchcock en versión original que en versión doblada (al menos con el doblaje al español). 

Pero entremos en materia. En una breve sinopsis de la película (no hace falta extendernos ahí, ciertamente), podemos destacar: en la cima de su carrera, Alfred Hitchcock decide filmar una película de bajo coste, basada en la novela de terror “Psicosis” (de Robert Bloch), sin apenas apoyo de la industria, muy escéptica ante este dudoso paso del maestro. Con la ayuda de su fiel e incansable Alma, “Hitch” (así lo llamaban, dato que desconocía sobre Hitchcock”) se enfrentará a un sinfín de inconvenientes mientras su matrimonio, a su vez, se ve perjudicado. Psicosis acabaría siendo un fenómeno internacional y una de las películas más influyentes en la historia del cine.  

photo_2263.jpeg"Hitch" y Alma, haciendo bueno el dicho de que "detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer".

El acertado coral de personajes nos deja algunas escenas divertidas y otras no tanto. A pesar de que, como decíamos, esta película no deja de ser una comedia, no abandona el toque oscuro y turbulento con que Hitchcock rodaba sus películas, y que aquí se ejemplariza a la perfección con el fantasma de Ed Gein persiguiendo al perturbado director (el famoso asesino Ed Gein puede considerarse como el “padre” de los psicópatas del cine de terror, pues inspiró no sólo al personaje de Anthony Perkins, Norman Bates, en “Psicosis” sino también al Bufallo Bill de “El Silencio de los Corderos” o al asesino de la saga “La Matanza de Texas”). 

A James D’Arcy (estupendo en el papel de Anthony Perkins) y a Scarlett Johansson les sienta muy bien sus personajes, quizá no tanto a Jessica Biel, cuyo papel (como Vera Miles) resta a veces protagonismo a quien debería tenerlo. En “Hitchcock” echamos muchísimo de menos a “Psicosis” (y, sobre todo, al inmortal Norman Bates, uno de los personajes más famosos de la historia del cine), en el sentido en que habría sido mucho más sugestivo para el espectador conocer realmente los secretos de la producción de la película, y no un mero documental de rodaje. La archi-conocida escena de la ducha, por ejemplo, ocurre casi de pasada (cuando se supone que tardaron semanas en rodarla).

photo_3766.jpegUna risueña Scarlett Johansson interpretando a Janet Leigh, cuyo papel protagonista se recuerda por ser aquel a quien el director mató a mitad de la película.

El conflicto matrimonial entre Alfred Hitchcock y Alma Reville (con una Helen Mirren que nos ofrece la mejor actuación de la película) resta también, muy probablemente, importancia a lo que al espectador en realidad interesa (sobre todo el affaire de la mujer con el escritor interpretado por Danny Huston, que sobra por completo), y la resolución de este conflicto se produce incluso de forma pueril, aunque encantadora, eso sí. 

Una película que podría haber abordado al mito en toda su complejidad, pero que se quedó en parodia

“Hitchcock” se verá con gracia y se olvidará con gracia. Una película que podría haber ahondado muchísimo más en la psicología del mito, en su cine, en sus miedos e inquietudes, para mostrarnos qué se escondía realmente detrás de la escena de la ducha de Psicosis, y de otras tantas cumbres de su cine. A pesar de ello, quienes idearon y escribieron el guión de esta película prefirieron hacer un biopic relajado, en clave de comedia, sin mayor pretensión.

Se ve, es agradable, divierte a ratos (llegando peligrosamente casi a la parodia), pero en el espectador queda la sensación de que Hitchcock merecía otro tipo de película. La pregunta que revolotea en tu mente cuando termina el metraje es si “Hitchcock” hace honor al mito o le falta al respeto. Casi me decantaría por lo segundo, a pesar de defender que ésta no es, realmente, una mala película.

photo_8098.jpegCartel de "Hitchcock" (Sacha Gervasi, 2012)