Lo más descorazonador de “Tropa de Élite” (José Padilha, 2007) es que ésta no es una película de acción como las que el incombustible Stallone rueda, donde sabes que estás participando de un espectáculo de fuegos de artificio que, al salir del cine, o al apagar la TV, se va a quedar ahí, en el recuerdo de dos horas de acción, de tiros, de muertes y de explosiones.
Uno termina "Tropa de Élite" con la sensación de haber visto una gran película, una grandísima película, pero también con la impresión perturbadora que dice que esto no es sólo una ficción. "Tropa de Élite" lanza el descorazonador mensaje de que, desafortunadamente, esta película podría ser el documental real de un día cualquiera en la BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales).
La BOPE, un cuerpo de élite para-militar que no duda en apretar el gatillo si hace falta.
Si viste la maravillosa y turbulenta “Ciudad de Dios”, (Fernando Meirelles, 2002) esta película podría ser la segunda parte de aquélla, una continuación de aquel tráfico de drogas y aquella violencia asociada al consumo que nació en Río de Janeiro entre los años setenta y ochenta. Ahora, a las puertas del siglo XXI (la película se sitúa en 1997), una parte de Río sobrevive gracias al tráfico de drogas, que enriquece a muy pocos y perjudica a muchísimos. Las favelas, ese vasto arrabal suburbial al que todo el mundo Río intenta evitar mirar, es el campo de actuación de una unidad policial formada por hombres valientes y suicidas, donde es imposible perdurar sin tener ambas características. Tropa de Élite es una película de acción, sí, pero también es una película sobre el portentoso y decadente drama de las favelas de Río, donde la vida no vale más que un gramo de coca.
Una operación arriesgada:
Río de Janeiro, 1997. El Papa Juan Pablo II visitará la ciudad. La Alcaldía de Río decide pacificar una de las favelas más conflictivas, la del cerro de Turano. Para ello, envía al Batallón de Operaciones Policiales Especiales, la BOPE, un cuerpo casi para-militar formado por los más valerosos policías de élite de Río. El capitán del batallón, Nascimiento (Wagner Moura) es asignado a comandar la operación, que será la última al frente de la BOPE. Su mujer, Rosane (María Ribeiro) está a punto de dar a luz y le pide constantemente a su marido que abandone la primera línea de fuego.
Nascimiento (Wagner Moura), el capitán de la operación, temerá por su vida por primera vez, pensando en su hijo que está a punto de nacer.
Nascimiento se verá en la encrucijada de liderar la más complicada operación de su carrera y encontrar un sustituto a su puesto. Mientras tanto, debe además formar a dos jóvenes aspirantes a entrar en la BOPE, Neto (Caio Junqueira) y Matías (André Ramiro), ansiosos por entrar en la Tropa de Élite pero con mucho aprendizaje por delante.
Dos jóvenes aspirantes a entrar en la BOPE tendrán que enfrentarse a una auténtica prueba de fuerza y valor.
El drama de las favelas en toda su crudeza:
“Tropa de Élite” supone la segunda película del director brasileño José Padilha, tras su ópera prima “Bus 174” (2003). Tras “Tropa de Élite” Padilha rodaría dos documentales, a los que sigue en su filmografía la segunda parte de esta película que reseñamos, “Tropa de Élite 2” (2010), que me apuntaré para visionar, aun siendo consciente del dicho que dice que las segundas partes nunca fueron buenas. “Tropa de Élite 2” es la última película brasileña del director, tras la que dará el salto a Hollywood, debido al constante goteo de directores y actores de otros países a la meca del cine estadounidense. En este caso, el director brasileño, tan aclamado en su país, se pondrá frente a un proyecto que ya arrastra algunas dudas nada más escucharlo: un remake de “Robocop” (2013), lo que nos hace preguntarnos si será un remake a la altura del Batman de Nolan o, por el contrario, de las cutre-películas de héroes que tanto ahora vuelven a producirse.
Pero tras visionar “Tropa de Élite”, una película dura, violenta y turbadora, uno no puede más que imaginarse a este nuevo Robocop como el primer ejemplo que dábamos antes, y no el segundo.
La operación tendrá que llevar a los protagonistas a lo más profundo de las favelas de Río.
El guión de “Tropa de Élite” fue escrito por el guionista nominado al Óscar Braulio Mantovani, que se basó en el libro “Tropa Élite” (Elite da Tropa), escrito por el sociólogo Luiz Eduardo y en colaboración con dos capitanes del BOPE ya retirados, André Batista y Rodrigo Pimentel.Es decir, todo cuanto vemos en esta película, y que podemos leer en el libro en el que ésta se basa, no es ficción. Las situaciones, los escenarios, el dramatismo, los personajes, la corrupción, el tráfico de droga, las muertes, etc., son recreadas en “Tropa de Élite” a la perfección, y la trama principal (la pacificación de las favelas ante la llegada de Juan Pablo II a Río) ocurrió tal y como se describe en la película.“Tropa de Élite” es una perturbadora ventana hasta lo más profundo de la verdadera identidad de Río, no aquella de las playas, de las mujeres exuberantes y de los grandes hoteles, sino de la pobreza, la marginación, la droga y las mafias.
La última gran película brasileña:
La crítica en Brasil encumbró a “Tropa de Élite” aunque no tardaron voces que acusaban al director incluso de fascista. Lo cierto es que las prácticas para-militares del BOPE pueden ser censurables, pero no es menos cierto que la película muestra tal y como son las prácticas de esta tropa; duras, violentas y sin contemplación. Aunque, verdaderamente, cabe preguntarse si hay otra forma de tratar contra un enemigo que se esconde en cada favela de Río, robando a sus hijos, a quienes introduce en la droga, y usando métodos de guerrilla.
“Tropa de Élite” muestra tal y como es la otra cara de Río, sin que se exagere ni la actuación policial ni la espantosidad de las mafias. Una película tan dura como creíble (como diría Carlos Boyero en El País), que destila pesimismo, que descorazona, que te deja con un nudo en la garganta, haciéndote pensar cuán terrible puede llegar a ser el mundo que se esconde tras la pobreza. No te dejará indiferente.
Cartel de la película "Tropa de Élite" (José Padilha, 2007)