Enfocado o desenfocado: los límites en las adaptaciones

Enfocado o desenfocado: los límites en las adaptaciones

Escrito por Alejandro

El mundo del cine siempre ha vivido a medio camino entre sus propias historias y las que va rescatando del resto de artes. Por esta segunda vía llegamos a las adaptaciones cinematográficas de personajes más o menos míticos a los que hay que enfrentarse. Las opciones para hacerlo son múltiples, y aquí nos paramos en dos, tres en realidad, muy concretas. Por un lado “V de Vendetta” y por otro “Sherlock Holmes”.

V de Vendetta

Probablemente no sea necesaria la presentación ni de “V de Vendetta” ni de, por supuesto, “Sherlock Holmes” pero nunca están de más un par de apuntes. La película “V de Vendetta” (James McTeigue, 2005) es una adaptación de una novela gráfica de los años 80, responsabilidad de Alan Moore y de David Lloyd. En él se cuenta como un misterioso enmascarado que se hace llamar V lleva a cabo un complicado plan contra el opresor sistema instaurado en Inglaterra. Un sistema con claras y explícitas referencias fascistas, del que V quiere liberar a una dormida población. 

photo_3649.jpegLa definición del personaje de V es perfecta: implacable, sensible y muy ambicioso.

En su traslado a la gran pantalla, por la necesaria adaptación a un tipo de medio diferente, los guionistas, los hermanos Wachowski (autores de la saga Matrix), optan por una simplificación de la historia. Para ello no dudan en eliminar o incluir personajes o suprimir tramas secundarias, pero manteniendo siempre la coherencia en la historia y adaptándose a un formato en el que el tiempo y el espacio son más reducidos. Hay que plantear los motivos que llevan a V a querer esa vendetta, debe desarrollar su relación con la coprotagonista, dejar que su plan macere lentamente y, finalmente, llegar a una resolución lógica dentro de lo propuesto en la película. 

Sherlock Holmes

En el caso de un personaje del alcance del detective Sherlock Holmes, las explicaciones sobran. Estamos ante el investigador más famoso de la historia. Surgido de la pluma de Sir Arthur Conan Doyle, al margen de las novelas y los relatos cortos que deberían ser de obligada lectura, ha sido llevado al cine y a la televisión en más ocasiones de las que cualquiera pueda recordar. Y no solo en adaptaciones directas en las que mantiene su nombre y personalidad originales, sino también en otras donde la relación es menos explícita pero igual de obvia.

El Holmes de Guy Ritchie y Robert Downey Jr busca una actualización del mito y su adaptación del papel a la gran pantalla, no solo dando vida a sus propias historias, sino para convertirlo en una especie de superhéroe. Un hombre con habilidades que van más allá de las capacidades de un simple ser humano. Por eso se potencian aspectos ya incluidos por Conan Doyle como el boxeo o las artes marciales. La diferencia estriba en lo que para el escritor era una más de las armas que Holmes tenía a su alcance, para el cineasta es, junto a la cuestión de los disfraces, el recurso principal a la hora del desarrollo de las tramas. 

photo_1036.jpegLa expresividad es una de las pocas cualidades que no ha desarrollado Sherlock Holmes, Robert Downey Jr sí.

Porque tanto “Sherlock Holmes” (Guy Ritchie, 2009) como “Sherlock Holmes: juego de sombras” (Guy Ritchie, 2011) son, ante todo, películas de acción con el director británico al mando y con Robert Downey Jr como protagonista. Casi podría decirse que el resultado no habría sido muy distinto, al menos en el apartado visual y en la definición del héroe de la acción, si estuviéramos ante otra de las entregas de la saga “Iron Man”. 

No es una cuestión de fidelidad

Para que no se me tache de purista, o de integrista directamente, decir que el problema no es la fidelidad al original sino el alcance de los cambios que se plantean. Por este camino entran en juego cuestiones que poco tienen que ver con las intenciones artísticas de los implicados y sí con el envoltorio a presentar al público. Estamos ante superproducciones que tienen que recoger frutos sustanciosos a sus no menos sustanciosas inversiones. 

Esto desemboca en una alianza improbable pero inevitablemente lucrativa. Un personaje histórico a pesar de no haber existido nunca como Sherlock Holmes, extensible a su ayudante John Watson, probablemente más conocido como “escritor y biógrafo” que el propio Conan Doyle. Un cineasta inglés (condición también importante) con películas con sello propio a sus espaldas, condición que Guy Ritchie, con “Lock & Stock” (1998) y “Snatch” (2000), en la que ya participaban estrellas como Brad Pitt, Benicio Del Toro o Jason Statham, cumple a la perfección. Por último, una estrella como Downey Jr que le dé el empujón definitivo al efecto llamada.

photo_8625.jpegAl Holmes de Guy Ritchier le gusta mucho jugar y pasárselo bien.

En este sentido, “V de Vendetta” es una película menos ambiciosa. Donde los hermanos Wachowski como guionistas (dispuestos a recuperar prestigio después de Matrix Reloaded y Matrix Revolutions) y un director novel como James McTeigue pueden dedicarse menos a los fuegos artificiales y más a la historia. Al fin y al cabo, el protagonista de la película va con una máscara en todo momento y nunca vemos la cara de Hugo Weaving (archifamoso por ser el agente Smith en la recitada saga Matrix y o por su presencia en “El señor de los anillos”).

¿Quién le debe a quién

Es una pregunta que me viene a la mente. Sobre todo si se comparan el status, los papeles y las actuaciones de Natalie Portman y de Robert Downey Jr. La primera como Evey Hammond y el segundo como Sherlock Holmes. Son dos estrellas del firmamento Hollywood, pero afrontan sus interpretaciones de un modo totalmente opuesto. 

photo_7981.jpegNatalie Portman se luce como Evey Hammond, no como Natalie Portman.

Porque mientras Portman maneja diferentes registros según sea la buen ciudadana, la encarcelada o la revolucionaria tranquila, y en todos ellos luce, nunca podemos dejar de ver a Robert Downey Jr primero como el actor, con la imagen que proyecta, antes que como al personaje que está interpretando. Habría que concluir que es el propio detective el que adapta sus características al actor que le da vida, antes que lo que indica la lógica. 

Potencia momentos dramáticos

Los cambios introducidos en el desarrollo de “V de Vendetta” son bastante grandes respecto a la obra original. Sin embargo, estas modificaciones respetan dos puntos clave. Dos momentos que por su potencialidad dramática, marcan totalmente la película. El primero es el poderoso arranque de la película. V sale a iniciar un plan que lleva tiempo planeando y, aunque por el camino debe salvar a Evey, comienza a verse que nada ni nadie va a poder pararle. La combinación entre explosiones, música clásica y ganas de romper con el orden establecido meten al espectador en la historia de un modo eficaz y muy vistoso.

El segundo momento sería el período en el que Natalie Portman permanece encarcelada y es interrogada y torturada para que delate al terrorista conocido como V. Un proceso acelerado de aprendizaje, subrayado en el aspecto de la propia actriz, en el que descubrirá la dramática historia de Valerie, una presa que ocupó la misma celda antes que ella. Ésta contará en un pedazo de papel higiénico su vida como único modo de mantener lo único que le queda: su dignidad. Un proceso que acabará para Evey con un descubrimiento que no desvelaremos en atención a aquellos que no hayan visto la película. Un instante emocionante en el que la actriz brilla a través de lo que se ve en pantalla y no por encima de ello.

photo_3783.jpegLa adaptación cinematográfica de V de Vendetta se nutre de los grandes momentos procedentes del cómic.

Reflexión final

No me resisto, para acabar, con una última reflexión que tiene que ver con las líneas rojas que, probablemente, nunca se debieran cruzar en adaptaciones de estas características. “V de Vendetta” (James McTeigue, 2005) no lo hace, pero “Sherlock Holmes: juego de sombras” (Guy Ritchie, 2011) sí. En ella, además al comienzo, el protagonista hace algo que nunca, y reclaco lo de nunca, habría hecho el Holmes de Conan Doyle.

La señora Hudson sube a los aposentos de Holmes mientras éste recibe al doctor Watson. Y el detective, ante los reproches de su casera, la trata sin el respeto y la educación con las que siempre trató a todo el mundo. Es inaceptable que, precisamente, ante la señora Hudson se traspase esta línea y puede que sea consecuencia de la transposición del alma de Holmes en la del personaje Robert Downey Jr, o puede que yo sea excesivamente quisquilloso. Quién lo sabe.